sábado, 6 de marzo de 2010

Las ciudades fueguinas son zona liberada a la criminalidad

Es sabido que el crecimiento de la protección hacia los ciudadanos es un proceso histórico que corre parejo con el desarrollo del Estado (Robert CASTEL 2004).

La seguridad forma parte de los derechos sociales y la inseguridad es una falta grave al pacto social porque vivir bajo amenaza es el reverso del resguardo y el intercambio entre ciudadanos.

La búsqueda de seguridad puede entrar en contradicción con los principios del Estado de derecho cuando se persigue a una clase peligrosa instalada en los asentamientos irregulares de las ciudades de nuestra Provincia.

Sabemos que la inseguridad civil concretada en robos, amenazas y ataques cotidianos a los ciudadanos fueguinos y visitantes extranjeros debe ser el enérgicamente combatida, sin embargo sabemos también que existe una fuerte relación entre experimentar la amenaza de inseguridad y la vivencia de grandes sectores sociales que padecen dificultades materiales para la vida.

Cuando la administración del Estado a cargo de Rios promueve la anomia y la anarquía materializada en tolerancia con el consumo de drogas y oposición a la ley 23737, la perversión de ley 6 de contabilidad para realizar el convenio chino, el desfinanciamiento programado del seguro de salud más importante de la Provincia, no corrige la ineficiencia y exclusión de los hospitales públicos, y muestra nula capacidad para proveer política educativa razonable nos encontramos con la inseguridad jurídica actual.

Esta inseguridad jurídica da lugar a la inseguridad social, esta a la inseguridad civil y esta a la muerte y a la delincuencia por ausencia del Estado de derecho.

¿Cuanto falta para que el gabinete comience a obedecer la leyes que debe garantizar?

¿Cómo puede combatirse el crimen si la Propia Administración Pública Provincial no satisface las necesidades esenciales de sus empleados ?

¿Como puede un Estado serio promover la radicación de grandes sectores sociales en situaciones de marginalidad y necesidad extrema?

Un fuerte abrazo, compañero Julio Peralta

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